miércoles, 4 de mayo de 2011

diferencias entre los reactores de japon y del occidente de chernobil.

TOKIO, JAPÓN (16/MAR/2011).- Los operadores de la planta de Fukushima, afectada por el sismo en Japón, dijeron que el jueves volverán a usar helicópteros militares para lanzar agua en los reactores más afectados, luego de abandonar el primer intento ante el aumento de los niveles de radiación.

Mientras las autoridades luchaban por contener la crisis nuclear con una variedad de opciones, expertos en salud dijeron que el pánico por las fugas de radiación en la planta Daiichi podría desplazar amenazas potencialmente más peligrosas para los sobrevivientes del terremoto y el tsunami del viernes, como el frío o el acceso a agua potable.

Yukiya Amano, el jefe del organismo supervisor nuclear de la ONU, en tanto, dijo que si bien no es preciso decir que las cosas están "fuera de control" en Japón, la situación es "muy grave", con daño esencial en tres unidades de la planta.

Una serie de advertencias y reportes sobre la crisis en Japón de especialistas y funcionarios en todo el mundo presionaron a los mercados estadounidenses, con los tres mayores índices de acciones retrocediendo con fuerza.

Los operadores estaban pegados a las pantallas, presionando el botón de venta cada vez que los funcionarios daban sombrías declaraciones sobre la situación en Japón.

El principal regulador nuclear de Estados Unidos señaló al Congreso que los niveles de radiación en la planta nuclear japonesa afectada podrían dar dosis letales de radiación a los trabajadores de emergencia.

"Creemos que alrededor del sitio del reactor hay altos niveles de radiación", señaló Gregory Jaczko, director de la Comisión Reguladora Nuclear.

"Será difícil para los trabajadores de emergencia acercarse a los reactores. Las dosis que podrían experimentar serían potencialmente dosis letales en un período muy corto de tiempo", agregó.

El Gobierno japonés dijo que los niveles de radiación a las puertas de la planta eran estables pero, en una señal de estar sobrepasado, pidió a compañías privadas que ayudaran a distribuir suministros a decenas de miles de personas evacuadas de las zonas circundantes al complejo.

Máquinas excavadoras intentaban despejar el camino hacia el reactor, ubicado a 240 kilómetros de Tokio, para que los camiones de bomberos pudieran acceder e intentaran enfriar la instalación usando mangueras.

"La gente no estaría en peligro inmediato si saliera con estos niveles. Quiero que la gente entienda esto", dijo el jefe de gabinete Yukio Edano en una rueda de prensa televisada, refiriéndose a los que viven fuera de una zona de exclusión de 30 kilómetros.

Los altos niveles de radiación impidieron que un helicóptero volara hasta la zona para lanzar agua sobre el reactor número tres (cuya cubierta fue dañada por una explosión y de donde se vio salir vapor a primera hora) para intentar enfriar sus barras de combustible.

Los ejecutivos de Tokyo Electric Power Co. dijeron poco después de la medianoche (15:00 GMT) que pedirían al Ejército que haga un segundo intento el jueves más tarde.

El operador de la planta describió el reactor número tres (el único en Daiichi que utiliza plutonio en su mezcla de combustibles) como la "prioridad". El plutonio, una vez absorbido en el flujo sanguíneo, puede persistir durante años en la médula ósea o el hígado y causar cáncer.

La situación en el reactor número cuatro, donde se declaró el fuego, "no era buena", añadió el operador de la planta, mientras se echaba agua a los reactores número cinco y seis, lo que indicaba que toda la instalación de seis reactores estaba ahora en peligro de sobrecalentamiento.

"Verter agua en las piscinas de los reactores número tres y número cuatro es una alta prioridad", declaró en una conferencia de prensa Hidehiko Nishiyama, funcionario de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial de Japón.

El funcionario agregó que la piscina para varillas de combustible usado del reactor tres se estaba calentando, mientras que las del reactor cuatro seguían siendo una preocupación.

"Podría ser un problema grave en unos días", señaló.


Accidente de Chernóbil

El accidente de Chernóbil (ruso: Черно́быльская ава́рия, romanización: Chernóbylskaya aváriya, ucraniano: Чорнобильська катастрофа, romanización: Chornobilʹsʹka katastrofa) es el nombre que recibe el accidente nuclear sucedido en la central nuclear de Chernóbil (Ucrania) el 26 de abril de 1986. Este suceso ha sido considerado el accidente nuclear más grave según la Escala Internacional de Accidentes Nucleares y uno de los mayores desastres medioambientales de la historia.
Aquel día, durante una prueba en la que se simulaba un corte de suministro eléctrico, un aumento súbito de potencia en el reactor 4 de esta central nuclear, produjo el sobrecalentamiento del núcleo del reactor nuclear, lo que terminó provocando la explosión del hidrógeno acumulado en su interior. La cantidad de dióxido de uranio, carburo de boro, óxido de europio, erbio, aleaciones de circonio y grafito expulsados, materiales radiactivos y/o tóxicos que se estimó fue unas 500 veces mayor que el liberado por la bomba atómica arrojada en Hiroshima en 1945, causó directamente la muerte de 31 personas y forzó al gobierno de la Unión Soviética a la evacuación de 116 000 personas provocando una alarma internacional al detectarse radiactividad en, al menos, 13 países de Europa central y oriental.
Después del accidente, se inició un proceso masivo de descontaminación, contención y mitigación que desempeñaron aproximadamente 600 000 personas denominadas liquidadores en las zonas circundantes al lugar del accidente y se aisló un área de 30 km de radio alrededor de la central nuclear conocida como Zona de alienación, que sigue aún vigente. Solo una pequeña parte de los liquidadores se vieron expuestos a altos índices de radiactividad. Los trabajos de contención sobre el reactor afectado evitaron una segunda explosión de consecuencias dramáticas que podría haber dejado inhabitable a toda Europa.
Dos personas, empleadas de la planta, murieron como consecuencia directa de la explosión esa misma noche y 31 en los tres meses siguientes. Mil personas recibieron grandes dosis de radiación durante el primer día después del accidente, 200.000 personas recibieron alrededor de 100 mSv, 20.000 cerca de 250 mSv y algunos 500 mSv. En total, 600.000 personas recibieron dosis de radiación por los trabajos de descontaminación posteriores al accidente. 5.000.000 de personas vivieron en áreas contaminadas y 400.000 en áreas gravemente contaminadas, hasta hoy no existen trabajos concluyentes sobre la incidencia real, y no teórica, de este accidente en la mortalidad poblacional.
Tras prolongadas negociaciones con el gobierno ucraniano, la comunidad internacional financió los costes del cierre definitivo de la central, completado en diciembre de 2000. Inmediatamente después del accidente se construyó un "sarcófago", para aislar el exterior del interior, que se ha visto degradado en el tiempo por diversos fenómenos naturales por lo que corre riesgo de desplomarse. Desde 2004 se lleva a cabo la construcción de un nuevo sarcófago para el reactor. El resto de reactores de la central están cerrados.

propuestas:
1.-envíar aviones cisterna para enfriar con agua los reactores sin control
2.- crear reactores que no tengo consecuencias negativas.
3.-crear una capa para contener los reactivos despues de cada explocion.
4.- alejar los reactores de toda poblacion minimo 20km.
5.-usar cubrebocas en caso de correr riesgo de inalar algun reactivo.

productos milagrosos y los riesgos para la salud

Hace tan sólo algunas semanas, la COFEPRIS retiró del mercado más de 250 productos conocidos como milagro. Según los documentos emitidos por esta comisión, estos eran utilizados para tratamientos como el cáncer, osteoporosis, depresión, reumatismo y por supuesto, obesidad. Esta última es una enfermedad que se ha arraigado de manera terrible en nuestra sociedad, por lo cual ha surgido una gran cantidad de productos “mágicos” que prometen reducir de peso en poco tiempo y con resultados extraordinarios. Estos son en realidad una amenaza para la salud pública.

La sobreinformación abunda, pero, ¿cómo distinguir cuando estamos frente a un producto milagro? Generalmente estos productos prometen falsas expectativas de reducción de peso sin ningún respaldo científico que los avale en resultados, por lo cual no cuentan con registro ante la Secretaría de Salud.

Al respecto habla el Dr. Raymundo Rosas,  Vice-Presidente del capítulo D. F. del Colegio Mexicano de Médicos Cirujanos, A. C.: “La gente cree que al comprar estos productos será suficiente. Lo único que se logra es perder un tiempo valioso para que el médico haga un diagnóstico integral adecuado. En algunos casos, estos productos pueden ser potencialmente peligrosos, como el hueso de fraile presente en algunos productos comercializados para bajar de peso”.

Se puede reconocer un producto serio gracias a la investigación científica que le respalda y el laboratorio que produce el fármaco. Al respecto abunda el Dr. Rosas: “La investigación de una molécula farmacológica y su efecto terapéutico es larga y costosa. Esto implica un proceso de aproximadamente 10 a 15 años de investigación antes de que pueda salir al mercado. Esto significa que para que la molécula tenga probabilidad de ser útil, se quedaron a la vera del camino cerca de 90. Ninguno de estos productos puede sustentar sus supuestos beneficios en estudios científicos debidamente controlados”.
 

En la actualidad existe una amplia gama de fármacos que constituyen excelentes herramientas para el manejo de las co-morbilidades de la Obesidad, las cuales aplicadas por especialistas pueden brindar una excelente ayuda al paciente, aún si cursa con depresión o diabetes por ejemplo. Tal es el caso de Productos Medix, laboratorio farmacéutico  con más de 54 años de experiencia en el combate y tratamiento del sobrepeso y la obesidad y que cuenta con una amplia gama de medicamentos  en esta
área. Con estas opciones terapéuticas, el médico  puede elegir el tratamiento ideal según el tipo de paciente, pues este puede estar cursando con diabetes, hipertensión, dislipidemia u otras enfermedades asociadas. Y en la línea de sobrepeso medix® cuenta con productos que ya han pasado la prueba del tiempo, por lo que su seguridad está garantizada. 

“No todos los pacientes son iguales, por lo mismo no todos los fármacos anti obesidad son iguales. Independientemente de las diferencias individuales, lo ideal es que el paciente sea manejado multidisciplinariamente” – finaliza el Dr. Rosas.

propuestas:

1.- no hacer caso de productos no reconocidos
2.-no tomar medicamentos que no esten señados
3.-comprar los medicamentos recomendados por el doctor.
4.-verificar los productos con un profecional
5.-comprar los productos en farmacias reconocidas.